sábado, 22 de diciembre de 2012

Las cuatro estaciones - 9ª parte - Invierno (2ª parte) - El colegio interno.





LAS CUATRO ESTACIONES

9ª PARTE



INVIERNO (2ª parte)



XVII

El colegio interno


Invierno del 63, una de las vacaciones de Navidad más felices de mi vida, corresponde al año de mi asistencia al colegio interno. Una vez finalizada la enseñanza en el colegio del Salto de Millares y comenzabas él Bachiller, o abandonabas los estudios o los proseguías en el colegio interno de Cofrentes, igualmente solo para hijos de empleados de Hidroeléctrica Española. Fue el primer y más feliz regreso tras dos meses fuera de casa.
A pesar de estar con mi hermano, era la primera vez que me separaba de mis padres, pensaba que nunca más los volvería a ver, lloré lo que no hay escrito, creo que es imposible que un hijo no recuerde la primera vez que ve llorar a su madre, tal vez llorase antes y yo no lo recuerdo por ser muy pequeño, mi madre era consciente que estaba muy enmadrado y lo iba a pasar mal, como así fue. Y no puedo olvidar la sensación y el dolor que me produjo ver como se alejaba mi casa, mis padres, mis hermanas, subido junto a mi hermano, en el Jeep que nos transportaba hasta el colegio.





El colegio estaba situado junto al pueblo de Cofrentes, limítrofe a la comunidad castellano-manchega y cercana a poblaciones como Requena, Ayora, Utiel…. La ubicación del pueblo, es francamente pintoresca ya que se halla en las faldas de una montaña que preside el castillo, rodeada por dos ríos: el Júcar y el Cabriel, que a poca distancia desemboca en el primero de ellos. Justo en la unión de los dos ríos se hallaba situado el colegio.Su monumento principal es, sin lugar a dudas, el castillo. El emplazamiento del castillo es verdaderamente estratégico, pues desde sus murallas se dominaban los ríos Júcar y Cabriel, contando además en su lado norte con una formidable defensa natural: el gran acantilado. Cerca del pueblo, se halla un auténtico volcán: el Cerro Agrás, situado a 527 m de altitud, en la orilla de río Cabriel y a donde fuimos en varias ocasiones de excursión.




 "La Escuela Laboral de Cofrentes"

El colegio, tenía unas instalaciones excelentes, en alas separadas las habitaciones para chicos y chicas. Habitaciones con literas para cuatro alumnos, en la que dormía con mi hermano y dos compañeros, Úbeda y Vieco. Aulas muy confortables y amplias, salón de estudio, pista de deportes, campo de futbol, pista de atletismo….
A pesar, que era un desastre para las comidas, no me gustaba nada, en el colegio se comía francamente bien, la cocinera, la señora Antonia nacida en Campo de Criptana, se esmeraba en hacer buenas y variadas comidas, nunca olvidaré el magnífico gazpacho manchego que nos hacía casi todas las semanas. El desayuno, era una auténtica pesadilla para mí, café con leche y un bocadillo, muy a menudo con salchichón, como no me gustaba nada y no me dejaban salir hasta que lo terminaba, lo mojaba en el café con leche para poder comerlo, si no me veían, lo pasaba por debajo de la mesa a mi hermano.


"En Cofrentes, con mi hermano Vicente"




Soportábamos una densa jornada escolar, con puntualidad a las nueve de la mañana, formábamos fila en el espacioso patio, se podía ver las distintas clases perfectamente ordenadas de izquierda a derecha, cada clase se trasformaba en dos simétricas hileras donde nos colocábamos según estatura de menor a mayor, frente veíamos los dos altos mástiles que presidían la castrense formación, todas las mañanas a los compases del “Cara al Sol”, dos alumnos mayores arriaban con parsimonia las dos laureadas banderas, a la izquierda la española, a la derecha la de Falange. No coincidíamos con las chicas en el recreo, solo en clase y no soy capaz de recordar en nombre de ninguna de ellas.


"En el campo de fútbol del Salto de Cofrentes"


Teníamos un buen cuadro de profesores, el director, el Padre Porcel, muy obsesionado que no pasara nada “raro” entre los chicos y las chicas, pero era un hombre recto, bueno y respetuoso, Don Rafael Ruiz, el profesor de Matemáticas, de ideas muy avanzadas para aquellos tiempos, en la hora de estudio nos ponía música clásica, así conocí “La quinta sinfonía de Beethowen”, era bastante permisivo y enemigo de los castigos, le gustaba mucho dialogar. Don Antonio Ramos, el más joven, nos enseñaba Física y Química, guardo buen recuerdo de él, la profesora de Geografía que no recuerdo su nombre y a la que quería mucho, la excepción, Don Antonio M., el de Gramática, auténtico déspota, nos pegaba con una regla al menor fallo y aplicaba duros castigos, consiguió que tuviera miedo de entrar a clase.


 "Muy atento, estudiando"


Tenía once años, era el más pequeño del colegio, como he comentado, lo pasé muy mal, sobre todo el primer trimestre, a pesar de estar bastante arropado por mi hermano, compañeros y la mayoría de profesores. Era un niño muy tímido y por tanto muy sensible, tenía fama de bueno y de verdad lo era, alguna trastada que otra lógicamente hice, pero en general era respetuoso y obediente.


"Mi madre y mi hermano, en una visita al colegio interno"





Entre los profesores, mi hermano era el revoltoso y yo el bueno, cosa que se corresponde bastante con la realidad, ambos éramos buenos estudiantes y obteníamos excelentes notas, pero mi hermano siempre estaba castigado, algunas veces por méritos propios y otras veces por equívocos. Hay una anécdota que recuerdo perfectamente, muy divertida, pero en su momento me hizo sentir mal:
Estabamos una noche en la habitación preparados para acostarnos, Úbeda, Vieco y mi hemano ya en la cama, no se porqué, me acerqué a la ventana y cogí la cuerda de la persiana enrollable y la comencé a subir y bajar, imitando al alzado y bajada de una bandera, mientras cantaba el himno de España:


- José Mari, deja la persiana y acuestate- me dice mi hermano.


Sin hacer caso, prosigo con el himno, mientras sigo subiendo y bajando la persiana.


- José Mari, deja la persiana y acuestate- repite mi hermano, en tono mas fuerte y con cara de pocos amigos.


Como continuo sin hacer ni caso, mi hermano salta de la cama en dirección a la ventana, coge la cuerda para colocarla en su sitio, por si acaso, salgo por piernas hacía mi litera, en ese momento, se abre la puerta y aparece la figura del Padre Porcel, la escena que ve: mi hermano con la cuerda de la persiana en la mano, y yo en la cama perfectamente acostado:


- No podía ser otro, siempre tu, Vicente…-dice el sacerdote.


- Padre Porcel – le digo- el que estaba cantado y subiendo la persiana, éra yo, mi hermano solo pretendía atarla.


El Padre Porcel, me miró y luego se dirigió a mi hermano: Tienes un hermano que no te lo mereces, esta dispuesto a echarse las culpas para salvarte….¡¡¡Vicente, al pasillo, hasta las doce!!!,los demás apagar la luz y a dormir.
Con mi hermano, hoy en día seguimos recordando esta escena con cariño y buen humor, típica de una comedia de enredos.
Tambien recuerdo mis éxitos en Atletismo,esta práctica gustaba mucho a D. Rafael, recuerdo como ganaba el campeonato de pértiga, para no mentir, era el único que terminaba la prueba, nadie era capaz de coordinar carrera rápida para tener un buen impulso y a la vez introducir la pértiga en el calcetín (agujero), unos se tenían que parar para acertar a introducir la pértiga, por lo que no tenían impulso para elevarse, el que no se paraba, se pasaba de largo, yo era el único capaz de coordinar todos estos movimiento, conseguía saltar la triste altura de metro y medio, pero me convertí en el especialista y campeón del salto de pértiga.
Al ser colegio privado, los exámenes finales, los hacíamos en el Instituto Nacional de Requena. Me gustaba ir a Requena, a pesar de los nervios, siempre saqué muy buenas notas, si llevabas bien el curso y tenías un mal día, nadie te conocía y por tanto lo hecho en el curso no te valía para nada, sin embargo, todo aquel que no lo llevaba bien, si tenía suerte con las preguntas o un día inspirado, salvaba el curso.





Comiamos estupendamente en el “Mesón del Vino”, creo que todavía existe y con mis pocos ahorrillos, podía comprar cosas que en El Salto de Millares no tenía, tebeos: “Pulgarcito”, “Atletas”, “El guerrero del antifaz”, “Hazañas bélicas”, “El Jabato”, “Capitán Trueno”….y para mis hermanas, “Azucena”, “Ardillita” o los recortables que tanto les gustaban.




















Lo que también ha quedado incrustado en mi memoria es el frío de aquellos inviernos. Conocido es el clima extremo en aquella comarca, la escuela tenía calefacción, pero era inevitable salir fuera, al recreo, para pasar de un edificio a otro, a la capilla….cuando nevaba o caían aquellas heladas tan crudas, pasaba un frío tremendo. Los sabañones estaban a la orden del día. Muchas veces, por la mañana, no podía escribir porque me temblaban las manos y los sabañones en los dedos eran realmente dolorosos.


Tarjeta de felicitación a mi hermana Mari Carmen (Lili), envíada desde el colegio de Cofrentes.



XVIII

Trabajos y Días



“Trabajos y días”, fue un documental, producidos por Hidroeléctrica Española en 1964, dirigido por Luciano González, realizado por los míticos Estudios Moro, donde se daba a conocer las distintas centrales eléctricas, su vida, paisajes, la labor social de la compañía… En el capítulo sobre el Salto de Millares, Cortes de Pallas y Cofrentes, se dedicaba una parte al colegio interno.



 
Creo que mi afición al cine, se gestó durante aquel rodaje. Estuvieron rodando en el colegio una semana aproximadamente, recuerdo como instalaban los railes por donde se deslizaban las cámaras, los focos, etc. Me eligieron a mí para representar las actividades diarias del alumno, el momento de levantarse por la mañana, la escena se rodó al mediodía, pero lo hice bastante bien pues parecía que me acababa de despertar, la hora del desayuno, en clase, el recreo, las actividades deportivas…. Cuando se hizo el prospecto publicitario del documental, mi cara aparecía en primer plano, durante años lo conservé, pero se acabó extraviando.
Lo mas duro del rodaje fue la excursión que realizamos hasta cerca de Cortes de Pallas, las cámaras iban rodando desde distintas posiciones, alto de las montañas, fondo de barrancos….Todo el día caminando hasta la noche, a varios de nosotros nos tuvieron que recoger en coche, ya que agotados no podíamos regresar, llegamos tan fatigados y con tanta hambre, que comí un plato lleno hasta arriba de una comida que odiaba: judías blancas, me parecieron maravillosas.
A los pocos meses, se proyectaron por toda España, yo la vi en el Salto de Millares, en el mes de Julio, proyectada en “el cemento”, que se utilizaba como cine de verano, nos bajamos las sillas y por supuesto el correspondiente bocadillo. El documental quedó muy bien y causó sensación a los padres cuyos hijos aparecían, lógicamente mis padres estaban encantados de ver el protagonismo de sus hijos.
Con la perspectiva del tiempo pasado, mi estancia en el colegio interno, la considero muy positiva, aprendí a estar fuera de casa, a compartir, tuve buenos compañeros, tenía la edad ideal para aprender a ir tomando decisiones, a coger experiencia, a tener nuevas ilusiones, sueños, a caminar día a día, a esperar, pues el sol no va a nacer antes de tiempo, ni el día va a tener un minuto más.


Final de la 9ª parte

10 comentarios:

  1. Tomé la comunión contigo, yo pasaba muchas temporadas con mis abuelos y según me ha dicho mi madre, vosotros vivíais en la misma galeria, mis abuelos en un extremo y vosotros en el otro, mis abuelos se llamaban Argentina y Juan José, yo me llamo Maribel y habré ido al colegio contigo con la Señorita Maruja, que recuerdos!!

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  2. Hola Maribel, no te pongo cara pero si que me acuerdo de ti, a tus abuelos si los recuerdo perfectamente, me alegro encontrarte en mi blog, ¿qué es de tu vida?.

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    1. Pues yo también me alegro, encontré tu blog buscando fotos del Salto de Millares y me ha gustado leer todos tus recuerdos sobre tu niñez en el Salto, mi madre tiene una foto de la comunión en la que estamos todo el grupo juntos con no sé si la señorita Maruja o el cura o ambos, cuando la encuentre te la mando, eramos dos chicas y tres chicos creo, ya les contaré a mis tios ( Carlos y Nieves) que te he encontrado en el blog.

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  3. Te agradecería mucho si me pasas la foto, estoy recopilando más fotos para incluirlas, un saludo Maribel.

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    1. por supuesto, cuando la encuentre te la pasaré, se lo he comentado a mi tía Nieves y se ha alegrado mucho, le tengo que dar detalles sobre tus escritos, así que tendré que tomar notas.
      Saludos

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    2. Maribel, una duda que tengo ¿cuales son tus apellidos?, saludos

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    3. Morales Gómez, mi madre es la hija mayor de mis abuelos (los del Salto), mi abuelo Juan José Gómez Carpio.
      saludos

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  4. Gracias Maribel, para tu información he creado en Facebook una página que se llama "Amigos del Salto de Millares" y están saliendo cosas muy bonitas.
    Saludos

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    1. Maribel, me han facilitado una foto del grupo de mi comunión y efectivamente la tomamos juntos. Un saludo

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